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En Rubillón, hacia el mes de julio el centeno está maduro y se procede a la siega, con la ayuda de los vecinos y parientes. Se segaba con la hoz, abrazando el cereal con la mano izquierda y cortando la planta con la derecha. De este modo se van haciendo gavillas que iban formando haces o manojos (mollos), atados con la propia paja.

 

Siega de centeno

Siega en Val do Couto. 1943

"Mollos" de centeno

Carro de centeno

Los haces se apoyaban unos en otros formando construcciones cónicas llamadas moreas, medas o medeiros, los cuales solían permanecer cierto tiempo, que en algunos pueblos permanecen cierto tiempo en el terreno para que se secaran un poco. En Rubillón pocas veces se hacía la meda en situ, sino que se acarrea en el carro de vacas a la era, donde se iba a mallar (majar o trillar)
     

Eira dos Lugos

Eira con sus hórreos

Medas o "moreas"

Mallando con mallos

     
La construcción de la meda, a primera vista, era sencilla. Sobre unas mantas viejas puestas en el suelo se colocaban los haces o "mollos" en sentido radial, con las espigas hacia el centro para protegerlas de la lluvia. Despues se iban superponiendo otros haces de la misma manera. A medida que la meda crecia en altura, su diámetro iba menguando hasta adoptar una forma cónica. Siempre había alguien que se distinguía por conseguir una meda perfectamente simétrica, con la paja rasa en todo su perímetro, sin que ninguna sobresaliese. Esto era considerado como una gran mérito entre la vecindad.
     

Malladora mecánica. 1978

Malladora en Eira dos Lugos

Malla "Eira dos Lugos"

Eira dos Lugos

 

Mallo 1

El número y tamaño de las medas o"moreas" que un vecino reunía, podía ser un signo de riqueza, sobre todo en algunas comarcas gallegas, se le daba gran importancia a los signos externos.

Mallo 2

     

Malladora en "O Campo"

Malladora con niños

Malladora "O Campo"

Malladora "Os Lugos"

       

En agosto llegaban las majadas o "mallas", que consiste en separar el grano de la espiga del centeno o del trigo, a las que los vecinos concurrían, ayudándose reciprocamente en esta tarea durante uno o varios dias.


Hasta los años de 1950 las mallas se realizaban con "mallos" formados por dos palos, con una articulación en medio de ambos, generalmente de cuero. El palo más largo es la "mangueira" y el corto, que golpea el cereal, se llama pírtigo o "malladoiro". Las personas o trilladores se dividían en dos hileras, una enfrente de la otra, y en el centro se disponían los haces extendidos en hilera, que eran golpeados alternativamente por los hombres de un lado hacia el otro. Al final de la "malla" se recoge la paja para el pajar y el grano para las arcas y huchas

     

Cribando 1

Cribando 2

Peneiras

Criba

     
Con la aparición de las máquinas trilladoras varió el modo de separar el grano de la paja, pero siempre se mantuvo hasta hace pocos años la colaboración de los vecinos, incluso con el carácter festivo que siempre tuvieron las mallas, al menos en Rubillón. Precisamente los niños eran los que acarreaban los "mollos" hasta el pajar a modo de diversión.

 

Criba

 

 

Grano de centeno

Artesa para el grano

Con las cribas y peneiras se procedía a la limpieza del grano de la espiga y del polvo, pero los últimos 55 años se conseguía de forma mecánica en los pueblos con corriente eléctrica, que en Rubillón se instaló en el año 1950.
 

Con el grano de Centeno, una vez cribado, ventilado , molido, peneirado se hace el pan mezclando la harina del centeno con la harina del pan.


Debemos redordar que el cultivo del centeno disminuyó con el cultivo del maiz. porque este tenía un rendimiento 10 veces mayor. Aun así se siguió cultivando en las "veigas" de patatas después de recoger el tubérculo. Antes de introducir el maiz en Rubillón e incluso hasta las décadas de 1930 y 1940, se necesitaba mas tierras y se cultivaba el centeno en el monte o "cabadas", ya que por otra parte el cultivo del trigo en nuestra comarca no es muy rentable.


En la década de 1940, todavía los niños nos dedicábamos a buscar en la espiga del centeno los granos de cornezuelo o "cornello" para vender a buen precio. El cornezuelo del centeno es un hongo parásito del que se extraían substancias medicinales útiles en aquella época, como vasoconstrictor y abortivo, a dosis altas muy tóxicos. Este hongo es como un cuerno de carnero de unos 2 cm. de largo, que se encuentra incrustado en la espiga como si fuese un grano aberrante.

 
La xeitura del Centeno

La pobreza de la comarca Ribadavia de otras limítrofes, obligó a sus habitantes a emigrar a Castilla en la época de la siega durante el siglo XIX. La elevación del nivel de vida y la necesidad de brazos para las faenas agrícolas, han hecho aumentar la cuantía de los jornales desapareciendo la necesidad de este éxodo temporal. El recuerdo de aquellos braceros, guiados por el mayoral, por caminos difíciles y penosos, hasta alcanzar la meseta castellana, para dejar allí su sudor y hasta su salud, en compensación de unos escasos beneficios económicos.


Hasta la segunda mitad del siglo XX, por la ausencia de los hombres, las mujeres se encargaban de la siega de centeno en sus propias tierras. A esta faenas se denominaba "Xeitura". A veces, se agrupaban algunas, formando una cuadrilla, presidida por su "mayorala", afectando contratos para segar el centeno en pueblos no lejanos. Esto nos confirma, la fortaleza de la mujer gallega, capaz de suplir brazos masculinos, en las faenas más duras, lo mismo en el fatigoso trabajo de segar, como en el de atar y recoger los haces.