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LA HIERBA Y LA SIEGA EN RUBILLÓN
 

Los "labregos", agricultores y ganaderos, de las aldeas de montaña estaban en pleno apogeo, superpobladas, sobre los años de 1940, obtenían leche del ganado vacuno, y de tarde en tarde algunos reales, si se vendía algún ternero. Los prados eran la fuente principal del alimento de estos animales, mediante pastos de los meses de septiembre a enero.


En marzo o abril se recogían los "outonos" o hierba verde y para ello se hacia la "traspunta" propio de los prados ruines que se pacía durante varios dias para que creciese pronto la hierba y después se cerraba hasta la siega de la hierba. La siega del "outono" se hace con hoces o fouciñas o con guadañas. La hierba segada, curada, seca es un buen alimento del invierno para las vacas y caballos.

 

Prado Valdecouto. 1970

Prado con extremas de arbustos

Carro-ladrás con hierba verde

Transporte de haz (feixe) verde

       

La hierba que el campesino cultiva y cría en nuestros prados, se caracterizan por la cantidad de agua de que disponen, y es imprescindible para el ganado, elemento primordial en la economía rural. Los prados como necesitaban humedad o riego, se situaban con preferencia a las orillas de los rios y regatos o en las vaguadas. El deseo de tener hierba y pasto, estimulaba para a hacer prados en lugares del dificil acceso.


El prado se hace, se sube y se rebaja para obtener un mejor riego, porque con la "aixada" se aisla el terrón donde está incluida la hierba y por debajo se rebaja la tierra o bien se sube, recolocando despues los terrones, que permite que la hierba crezca de inmediato.


Al comienzo del invierno comienzan los arreglos de los campos, limpiando los canales o "regos" que llevan el agua para repartirla en todo el prado. También puede ser necesario pisar el prado con frecuencia con un "piso o cepo" a ras de suelo para eliminar las "toqueiras" de los ratones o "toupeiras" de los topos, mientras la hierba era pequeña. Tambien había que cuidar el riego recorriendo los prados, en el intento de conseguir alguna agua que era común a todos los vecinos y unos y otros se disputaban el reparto del agua.

 

Siega Guadaña. Jaime 78

Siega Muradás-Iglesias 78

Siega: extender hierba

       

Tareas de la hierba y de los prados:


  • Siega con recogida de la hierba
  • Preparar la meda o morea de la hierba en el prado.
  • Meter el agua periodicamente en el prado tapando las tornas abiertas de otros prados
  • Limpiar los surcos, "regos" o canales desde el regato o "regueiro" hata el prado.
  • Limpiar o hacer los "regos" del prado para distribuir el agua por toda su superficie

 

Cuando se mete el agua en el prado, en la aldea se decía: "torna-la auga para o campo", "Guia-la auga para o campo", ou "Mete-la auga o campo"


En Rubillón los principales prados reciben nombres como: Mexadoiro, A Mina, Portodalén, Valdecouto, Braña, Porto dos Campos, Souto, Soutiño, A Puntiña, etc, algunos por su tamaño y su abundate riego, producían de 15 a 20 carros de hierba seca

 

Prado: Recogida hierba y "angazado"

Transporte haz hierba seca

Prado: Hermanos Iglesias 1951

Carro: Hermanos Iglesias

       

La Siega de la Hierba.


Despues de apastar los prados durante los meses de septiembre a enero, se dejaba de meter el ganado para que creciese la hierba y en el mes de julio se hacía la siega, coincidiendo con el tiempo mas caluroso.


La siega de la hierba o "seitura", era una de las tareas más importantes de los labregos. Siegan los hombres adultos con la ayuda de las mujeres y niños. Para segar con guadaña eran necesarias personas de gran fortaleza, porque como se suele decir "segar tira do peito".


Para segar se usaba la guadaña previamente afilada o "caravuñada" y el "gadañeiro" era el personaje mas importante del prado, pero un personaje que está a punto de desaparecer. Se trata de un hombre, que cuando está en acción, incurvado, con su cuerno colgado del cinturón con la piedra de afilar y con un poco de agua, en movimiento continuo, girando repetidamente la guadaña en arco, de derecha a izquierda, deslizándose a ras del suelo, seccionando todas las hierbas que encontraban en su recorrido. Una persona iba retirando la hierba segada y otras las extendían "esparexían" para que secase cuando antes. Estas escenas se repetían en los distintos prados, con distintos propietarios, escenas de imagen entrañable, porque daban un matiz animoso y diferente, que lógicamente va a desaparecer, aunque el segador de guadaña debería pasar a la historia.


Quizás ya sea historia y bien merece un homenaje, por su arte, por su esfuerzo, por su sudor, ¡mi reconocimiento personal!. El secreto era segar a ras del suelo, sin dejar carozos, ni segar tierra, ni clavar la punta de la guadaña, o tropezar con una piedra, en este caso era inevitable soltar, al menos un "carallo", que le salía de lo mas hondo. Los Gadañeiros de Rubillón eran buenos segadores, pero tembién destacaban los de Liñares y Córcores que conocí personalmente. Personalmente hice mis pinitos y aunque interpretaba bien la técnica de la guadaña, mi preparación física requería una mejor preparación.


También es arte el "cravuñar" o afilar la guadaña. Es una labor que se hace sentado a una sombra para descanso del guadañeiro, con una zafra clavada en un cepo, sentado con una mirada fija y atenta para dirigir los martillazos al mismo filo. Picaba un tiempo, descansaba, miraba y tocaba el corte, echaba la saliva en las monos y volvía a picar hasta mazar todo el borde de la guadaña, se hacía ya en la víspera de la siega.

 

Prado: Carro de hierba 1972

Prado: Carro de hierba 2

Valdecouto: Carro de hierba. 72

Transporte actual, 1978

       

Las medas de hierba. Despues de segar, se extendía la hierba para su secado, pero si amenazaba lluvia, la hierba se amontonan en pequeñas moreas, con una pequeña cubierta. Pasados unos días se transportaba en haces (feixes) o en carros de vacas hasta el pajar y otra parte en los alpendres o en las casas viejas no habitadas. Durante el invierno esta hierba se "ripaba" y se le echaba a diario en los pesebres de las vacas y caballos, a veces mezclada con hierba verde.


Esta tarea campesina del mes de julio en la aldea de Rubillón, durante las décadas de los años 40 y 50, es de grandes recuerdos, porque era una labor que implicaba a todos, de los niños a los abuelos, de mujeres a hombres, a las vacas y a los carros, era un verdadero revuelo. Los caminos desde la Braña, a la Mina y al Mexadoiro, aparecían tupidos de restos de hierba seca, tanto por el suelo como por los muros. Los carros de vacas transportaban la hierba seca desde el prado al pajar y tanto la carga como la descarga, eran actos llenos de vistosidad, de colaboración y de armonía. La propia descarga y su distribución en el pajar, era como un juego entre niños y niñas, un motivo de diversión, que los abuelos de hoy mantenemos en el recuerdo.


Esta hierba seca era muy valorada en aquellas épocas por los campesinos. Con la emigración a México de los habitantes de Rubillón el ganado vacuno va desapareciendo y hacia finales del s. XX perdió todo su valor, quedando los prados prácticamente abondonados, una situación de angustia y quizás de llanto para los poquitos ancianos que ven sus prados, que tanto cuidaron, abandonados por las nuevas generaciones. Para paliar esta situación de angustia, ya en el año 1970 se trato de aliviar esta situación, creando una cooperativa de ganado vacuno con sede en el Mexadoiro, que por razones diversas terminó a los pocos años en un fracaso. Hoy se ven caballos y vacas semi salvajes, de propietarios desconocidos que merodean por nuestros prados y antiguas veigas de cultivo, que nos impiden tener huertas, pero al menos mantienen una aceptable limpieza y evitan una selva, aunque nuestros caminos de carro de acceso a las fincas, ya sea intransitable.

       
PRADOS DE RUBILLÓN
 
Como decíamos, tanto la hierba verde como la seca, eran vitales para la ganaderia de Rubillón, puesto que el clima de montaña durante el invierno, exigía disponer de hierba seca para alimentar en los establos a las numerosas vacas y caballos en aquella época.Tras la siega, la hierba seca se transporta en carros de vacas hasta las respectivas "Palleiras". Los prados producían cientos de carros de hierba, algunas familias con más de 50 carros, imprescindibles para alimentar unas 200 vacas, porque disponíamos de agua abundante, y de grandes extensiones dedicadas a la pradería, como se puede entrever entre los nombres de prados conocidos como: Valdecouto, Mexadoiro, A Mina de Valiño, Porto dos Campos, A Braña, etc.