B.- Edad Moderna y Contemporánea
El monte vecinal fue sometido a un régimen de aprovechamiento intensivo para el sustento del aumento de la población, que tenía como única solución la supervivencia y evitar la emigración. El90% de sus habitantes vivían del campo, con una agricultura arcaica, que tenía como lastre las rentas que producía, bajo el sistema foral y el minifundio, que impedían la mas mínima modernización del sistema agrario. Por lo tanto, el monte vecinal fue imprescindible para la superproducción agraria, ya que era el proveedor de recursos económicos: esquilmos para la producción del estiércol, los pastos para alimentar el ganado, la leña para diversos usos y las piedras para las construcciones rurales o urbanas, así como para tierras de cultivo habilitadas en formas de “estivadas” para el cultivo de cereales como el centeno, eran las tierras para los “sin tierra”, para los pobres de “solemnidad”.
En realidad, el monte fue el soporte más importante de la producción agraria, la principal riqueza de Galicia, al menos hasta los años 60. Fue un factor imprescindible para la viabilidad del sistema agrario, que con sus escasos excedentes ha mantenido a los hidalgos de los Pazos, a los monjes de los Monasterios, a la Universidad y a las principales Instituciones de nuestra tierra.
A mediados del siglo XIX se funda la primera Escuela de Ingenieros de Montes de Madrid y como los montes de Galicia estaban pelados, desaprovechados y abandonados, es decir, poco utilizados, con rastrojos, sin explotación forestal, se fué abogando por la repoblación forestalgeneralizada, masiva y uniforme, ya que su mejor destino era ocuparlos con árboles.
El problema no era solamente económico, sino de la titularidad, es decir de propiedad. Mientras que durante el antiguo régimen no se puso en cuestión, porque el poder lo ejercían los hidalgos y los monasterios que se aprovechaban de sus rentas, el panorama cambia con la implantación del sistema liberal en España desde 1834. Ya no se reconoce el derecho germánico a la propiedad colectiva ligada a los vecinos.
En esta fecha y como consecuencia del triunfo de estas ideas liberales, surge la reordenación del territorio español en provincias y municipios, así como la organización del nuevo estado, dando la titularidad del monte al municipio y atribuyendo su gestión a la corporación local con usos tradicionales.
Con el liberalismo burgués salido de las cortes de Cádiz, se consideran los montes públicos a “todos los montes de los pueblos”, lo que significa convertir los montes vecinales en montes del Estado, bajo el pretexto de que muchos pueblos se apoderaron de los montes de la corona, ya que los vecinos no tenían mas título que lo que le confería “una quieta y pacífica posesión inmemorial”.
La ideología liberal heredera de la ilustración, entendía que la creación de riqueza era prioritario para el progreso del país y para ello había que apropiarse de todas las tierras que estaban en manos muertas, y esto da lugar a que la Hacienda pública acentúe la desamortización con la venta de las tierras de los monasterios, de los municipios, dehesas reales, de la iglesia y de las tierras del Estado.
Los Montes no fueron una excepción y la desamortización de Madoz de 1855 declara en estado de venta: “los predios rústicos y urbanos, censos y foros, pertenecientes al Estado y a los propios y comunes de los pueblos”.
Ante una parte de los montes vendida, los vecinos encontraron una forma de salvar los que quedaban, mediante expedientes de excepción, que permitía retirar las subastas de las tierrasdonde se demostraba el aprovechamiento de los vecinos, sobre todo por contar con el apoyo de los alcaldes que sabían que esas tierras eran parte indispensable para la agricultura de las parroquias. Es así como los vecinos recuperan la mayoría de los montes de manera irreversible.