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Rubillón es un núcleo de población, que junto con Acebedo y Liñares constituye la parroquia de Baiste, del Aymto. de Avión, que pertenece a Ribadavia como capital de la Comarca del Ribeiro y a la Provincia de Ourense.

 
 
Las Minas de Valiño, representaron un hito en la economia de Rubillón y de las aldeas limítrofes durante la primera mitad del siglo pasado, a través de los puestos de trabajo creados, como complemento de los ingresos que proporcionaban la agricultura y la ganadería en aquellos tiempos, sobre todo durante la guerra civil y europea.
 
 
 
 
 

Las minas de Valiño, situadas a un km. de Rubillón, se redescubren con la existencia de Estaño y Wolfran en 1930 y es en el 1838, cuando Verea y Aguilar habla de las minas en el término de Avión y de Soutelo de Montes.


En el 1886, ya se dispone de información mas precisa. Es cuando llega una Compañía inglesa que realiza excavaciones en el “filón” principal, instalando la maquinaria necesaria para su extracción, lavado y fundición del mineral. Esta maquinaria fue transportada en carros de bueyes, no se sabe desde donde, aunque se supone que llegaría en trenes hasta Ourense y a partir de ahí en carros unos 60 Kms. hasta Valiño.


En el 1936, se hizo cargo de la mina una Compañía bilbaína, dirigida por Jerónimo Merino Ajuria.


En el 1951, y tiempos posteriores otra Compañía coruñesa hasta los años 60, cuando desaparecen sus actividades y la mina es abandonada hasta la actualidad.

 
 
 
 
 

En las Minas durante la Compañia bilbaina, trabajaron casi todos los hombres y mujeres del pueblo de Rubillón, como también otros vecinos de la parroquia, como de Acebedo, Baiste, Liñares, Penedo y Couso, sin ningún contrato con la empresa.


En la época de Ajuria entre los años 30 y 40, con un sueldo de 6 a 7 pesetas diarias. Ya existía algún empleado fijo, como el de mi abuelo, que cobraban alrededor de 35 pesos mensuales, además de unos 10 céntimos por kg. de estaño.

 
 
 
 

Los hombres trabajaban en el interior de los “filones” con pico y pala. Los filones son cinco, que van de norte a sur. En el principal hay dos galerías de distinto nivel y con varias ramificaciones, todas ellas eran recorridas por las vagonetas que sacarían a la superficie el mineral.


El mineral extraido pasaba a unas turbinas donde era machacado y sometido a un fuerte lavado. El final de proceso consistía en un lavado del mineral que pasaba sobre una cinta móvil, siendo esto un trabajo de mujeres.

 
 
 

La Compañía disponía de maquinaria y calderas para la fundición del mineral. El horno de fundición estaba situado en “A Cabeciña”, donde se fundió el estaño hasta 1936. Después de la guerra la mayor parte de las extracciones eran enviadas a otros pueblos, sobre todo a Ourense e incluso a los hornos de Beariz, donde se fundían. De todos modos, sobre los años 40, cuando yo era niño presencié algunas fundiciones nocturnas, viendo como salía el estaño líquido, del que sufrí una quemadura en una pierna, con la cicatriz correspondiente, que aun perdura.


Existía un gran número de personas que simultaneaban el trabajo en la Compañía, con horarios libres que lo hacían "por su cuenta", como “aventureros”, estaño que vendían a la misma empresa o bien particularmente en Rubillón, Doade o Beariz, hasta el extremo de que sus extracciones superaban las de su propia empresa.

 
 
Como se ve, repetimos algunos comentarios de la "Pág web 10.3", pero estas fotos nos sirven de orientación sobre el camino a seguir desde Rubillón o mejor dicho desde Tras dos Alambres, que nos conduce a las Galerías y a las Casas de la mina, que están en franco deterioro. Allí vivieron algunos Ingenieros y Facultativos de Minas, a donde llegaban camiones a partir de mediados de los años de 1930. Es una de las rutas para continuar al monte del Suido, con horizontes dignos de visitar.
 

Por los años de 1950-55 durante el mes de Junio, cuando todavía estaba a punto de finalizar el curso académico en las Escuelas primarias de Rubillón, Taboazas, Penedo y Couso, se reunían sus Maestras y con la colaboración del matrimonio Sr. Manuel Justo Amaro y Sra. Mary de Rubillón y los guardianes de las minas se organizaba una comida campestre.


Naturalmente también asistían a la comida los alumnos de la escuela de Rubillón.

A mina de

Valiño-Rubillón

Esta comida era un acto final de curso, que se celebraba en la bonita explanada que rodeaba las casas gemelas, donde había muchos cerezos que proporcionaban sombra.


En la foto-composición se ven los asistentes, como también el abuelo Cendón Ogando. A mi edad, 20-22 años, tambien asistí y colaboré en la orgnización y en la construcción de ese palco de Música de Rubillón